lunes, 11 de febrero de 2019

BLOQUE 1 Didáctica de la lengua española



Después de la asignatura de Literatura, empezamos Didáctica de la Lengua Española con muchas ganas de aprender.

Este primer bloque trata sobre el lenguaje, la lengua y la comunicación oral.
Creo que para realizar esta actividad de lengua oral elegiré el curso de sexto de primaria, puesto que a esta edad se producen cambios cognitivos e intelectuales importantes que tienen que ir desarrollando de una manera adecuada. También es importante tener en cuenta el desarrollo de la autonomía y la capacidad de razonamiento en esta edad puesto que, a esta edad los niños ya no presentan dificultad en saber expresar lo que quieren decir, son capaces de dar lógica y explicar los temas con las convenciones lingüísticas formales adecuadas.

El tema que he elegido, el cual deberán debatir, será la presión social. He elegido el debate porque desarrolla las exposiciones en grupo de los alumnos, y es importante que vayan viendo que todos los temas tienen pros y contras. Los niños intentan buscar la aprobación de los demás (al igual que cualquier adulto), con lo que es un tema el cual pueden analizar también en diferentes edades. Podría empezar explicando lo que es la presión social con ejemplos reales como, lo que sentirían si llegan a una clase en un colegio nuevo para hacerles entender mejor el significado de la presión social y el querer caer bien, por ejemplo a los niños que no lo tengan tan claro.



ACTIVIDAD

Es importante que se haga una actividad oral en el aula, al menos cada 15 días más o menos para que los niños vayan desarrollando dichas habilidades. Nunca se puede tener una organización estricta cuando trabajamos con niños, pero está bien que tengamos un margen con el que podamos trabajar y marcarnos objetivos.

Al hacer la actividad de hoy tendré en especial atención a dos niños.
María, es esa niña rubia con dos coleas a la que siempre le gusta tanto participar. Estoy intentando que aprenda a participar de una manera correcta, respetando los turnos de palabra, así como las opiniones de los demás.

Pablo, en cambio, prácticamente no participa. Todavía no tengo claro si es por su timidez (la que claramente afecta), o que no se siente cómoda con sus compañeros en clase… puede que sean mis temas los que no le hagan interesarse en los debates y las actividades orales. Veremos qué tal hoy.

La actividad propuesta para hoy se realizará en el aula de la clase, aun que si se quisiera se podría realizar en el patio o e cualquier otro espacio donde se pudieran sentar a gusto y en círculo para verse las caras todos. Antes de empezar les recuerdo ciertas normas importantes para que el debate pueda desarrollarse de una manera educativa y divertida. Estas normas las recordaremos entre todos antes de empezar con el debate propiamente dicho: Hay que respetar el turno de palabra, o hay que gritar ni levantar el tono, ser respetuoso con las aportaciones de los compañeros, no faltar el respeto al dirigirnos a un compañero u otro, o mencionar un tema y ponernos en el lugar del otro.  
¿Quién sabe lo que es un debate? ¿Qué podéis decirme sobre los debates? ¿Para qué sirven? ¿Habéis visto alguno antes?




Después de esta pequeña introducción, les lanzaría el tema del debate: La presión social.


La opinión de los demás o lo que creemos que los demás piensan de nosotros nos importa en mayor o menor medida.
  •  ¿Por qué?
  • ¿Qué hacemos o qué podemos hacer so estamos sometidos a la presión de la sociedad o de nuestro grupo de amigos?
  •  ¿Qué se espera de nosotros?
  • ¿Está bien tener presión social?

Para realizar esta actividad, uno de los alumnos actuará de mediador elegido por el profesor (en cada debate será un niño diferente para que todos tengan la oportunidad de tener ese rol), pero si hay algún problema, o lo niños se quedan callados...el profesor puede intervenir.

Los niños podrán hablar civilizadamente pero de manera civilizada respetándose unos a otros. En el caso de que hablen dos niños a la vez, por ejemplo, será el mediador quién dará el turno de palabra e intentará que todos participen lo mismo.


DIFERENTES COMPORTAMIENTOS A TENER EN CUENTA

Respecto a los niños que sean más tímidos o les cueste más participar como es el caso de Pablo, no hay que obligarles a participar, sino explicarles que la timidez y la vergüenza es normal, e invitarles a participar con preguntas abiertas.
De hecho, este tipo de actividades, les ayudan a que se socialicen de una manera natural olvidándose de su timidez. Como ayuda les podríamos poner a trabajar por parejas, grupos más pequeños…
También hablaría con él en privado explicándole que la timidez es algo normal, que yo también era muy tímida cuando era pequeña, por ejemplo.

Por otro lado, también tenemos la postura de María en la que participa “demasiado” de una manera irrespetuosa y maleducada.
Creo que a mero manera de tratar a este tipo de niños es, en un principio repetirles cuáles serían las normas de conductas ideales, y después, si sigue comportándose así haciendo caso omiso, no hacerles caso, hasta que ellos se den cuenta de que están teniendo una mala conducta y cambien su forma de actuar.

Estos dos casos son los más típicos, pero hay muchos más. Lo más importante es que el tutor conozca bien a sus alumnos y se adapte a sus necesidades y comportamientos para intentar conseguir que todos y cada uno de los alumnos participen y aprendan de una manera correcta.




EVALUACIÓN

Creo que la evaluación no debería de ser cuantitativa, puesto que realmente no puedes evaluar la evaluación de una intervención oral de manera subjetiva con un número. Así que haría una tabla rúbrica como la que encontramos a continuación. La finalidad de esta actividad no es que el niño sienta que es una carga académica más, sino que los niños desarrollen su interés y gusto por hablar en público y defender sus intereses y opiniones. El objetivo es que el niño aprenda, pero también que el niño disfrute.

                                                                    POCO            REGULAR          MUCHO
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Respeto el turno de palabra de
mis compañeros.
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Participo en el debate.

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Se escuchar a mis compañeros.

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Respeto las opiniones de mis 
compañeros.
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Me ha gustado esta actividad

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Al finalizar la actividad, les pediré a mis alumnos que realicen esta misma rúbrica como si se evaluasen individualmente, es decir, que realicen una autoevaluación en la que ellos mismos vean en que aspectos han ido mejorando o no (respecto a los 15 días anteriores, por ejemplo).
Por último, yo también evaluaré mi propia actividad.


  • ¿He escogido bien el tema de la actividad?
  • ¿He intervenido de manera correcta cuando ha sido necesario?
  • ¿He hecho las preguntas correctas cuando he visto que el debate no aba más de sí para que continuase dicho debate?
  • ¿Qué me ha faltado en esta sesión?
  • ¿Qué puedo añadir o quitar de la siguiente sesión oral?


De esta manera yo también reflexionaré la manera en la que puedo ir mejorando los debates para que lo niños aumenten sus ganas y entusiasmo por ellos.


CONCLUSIÓN

Esta actividad me ha gustado mucho puesto que la he visto súper práctica. De hecho, no me ha costado absolutamente nada hacerla, me he guiado por mi experiencia personal y me he imaginado lo que haría en una situación real y me iba saliendo solo. Con lo que no la he visto nada teórica, sino todo lo contrario: muy divertida y práctica (pues la teoría va totalmente incluida en la propia práctica).
Creo que el tema que he elegido es muy motivador puesto que los niños son conscientes de que tienen presión social, pero puede que nunca se hayan planteado que el resto de sus compañeros viven con la misma presión.
Gracias a esta actividad he descubierto que hacer el desarrollo de este tipo de actividades es más difícil de lo que parece desde fuera, puesto que hay que tener en cuenta un montón de pequeños detalles para que salga todo bien, aún así, como he dicho antes, me ha parecido una actividad bastante asequible.


BIBLIOGRAFÍA
  • Apuntes de asignatura de Irune Labajo: https://online.lasallecampus.es/



4 comentarios:

  1. Hola compañero/a, tras la lectura de tu trabajo me gustaría hacerte algún comentario.

    El tema elegido es realmente interesante, aunque yo no tengo tan claro que a esas edades (11-12 años) entiendan lo que es realmente. En mi opinión, la presión social la sufren en cursos superiores como en bachillerato, cuando reciben por todas partes empujones porque se están “jugando su futuro”.
    Quizás, deberías primero explicar brevemente qué es la presión social para ellos, porque lo veo demasiado amplio. Podrías analizar casos concretos, en lugar de lanzar preguntas tan generales. Por ejemplo, que se sitúen en el primer día de clase cuando eres nuevo en el colegio, o cuando llegas a un cumpleaños y no conoces a nadie. Sugiere situaciones reales, y así entenderán mejor el tema.

    A la hora de recordar las normas a los alumnos, ¿por qué no las recordáis entre todos?, puesto que están ya en sexto de primaria, se supone que no es la primera vez que realizan un debate, seguramente no será difícil entre todos volver a redactarlas.

    Al hablar de la figura del mediador no me queda claro cómo se elige, ¿lo elige el profesor, o se elige entre todos?

    Es fácil encontrarnos a un Pablo o a una María en nuestras aulas, pero el tema de la timidez de Pablo yo la trataría de otra forma. Según dices, no vas a obligarle porque es tímido y vergonzoso, pero le estás reconociendo que lo es, creo que no deberías etiquetarlo, porque reforzarías su inseguridad. En primer lugar, yo hablaría con él a solas para explicarle que la timidez es normal, que, por ejemplo, tú también eras tímido cuando eras pequeño, y poco a poco averiguar qué actividades sociales le gustaría a Pablo llevar a cabo para poder desarrollar un plan de acción. Es bueno hablar sobre sus cualidades positivas. Suelen carecer de confianza en sí mismos, por lo que mencionar sus puntos fuertes, harán que se sientan valorados, y comiencen a sentir seguridad en sus capacidades.
    Me gusta la actitud que tomas ante María, seguramente ella solita se dará cuenta que no va por el buen camino.

    Echo en falta un desarrollo más amplio de tu actividad, lanzas las preguntas y permites que otro alumno haga de mediador, pero, ¿cuándo se pongan todos a expresar sus opiniones a la vez, qué pasará? ¿habrá diferentes grupos? ¿y si se quedan todos en silencio sin saber qué decir? El mediador, ¿lo eliges tú? ¿lo eligen ellos?

    Me parece correcta tu forma de evaluar, al hacerlo en primera persona, reflexionan sobre su participación y al repetirla más adelante, pueden comparar si se encuentran en el mismo punto, o ha habido algún cambio. Estoy de acuerdo contigo en la importancia de tu propia evaluación, de cara a las siguientes.

    En la conclusión dices que la actividad no te ha costado hacerla, pero en el mismo párrafo también comentas que desarrollar este tipo de actividades es mucho más difícil de lo que parece, porque hay muchos detalles a tener en cuenta. Entonces, ¿te ha parecido sencilla, o no?

    Me gusta tu idea, me gustan los debates, pero quizás echo en falta algo de concreción. Pienso que, dándole otra vuelta, podrías mejorarlo. Espero que te ayuden mis comentarios.

    Suerte!

    Cristina

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  2. Hola Cristina, muchas gracias por ayudarme a mejorar mi actividad.Un saludo.

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  3. Una estupenda actividad, Leticia. Si quieres que sea perfecta, revisa estas cuestiones:

    - Si todos los niños han de participar en igualdad de condiciones (es una de las premisas que se incluyen en la descripció/explicación de la actividad), no puede haber un niño moderador. Cubriendo este rol, no puede participar como los demás.

    - En la evaluación, incluye una breve retroalimentación (oral y pública) para cada niño. Un punto débil para mejorar (solo uno cada vez) y un punto fuerte para reforzar y felicitar (uno solo también). De esta forma, ninguno se siente mal. Aunque los niños se autoevalúen, necesitan saber qué hacen bien y qué deben mejorar desde una perspectiva externa.

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